martes, 25 de septiembre de 2012

Agustín Lara, un vecino de Lavapiés

Este es Agustín Lara, y "vive" en Lavapiés, en la plaza que lleva su nombre -aunque muchos de nosotros la llamamos La plaza de la iglesia rota, pero eso es otra historia. 


El personaje en cuestión es el autor entre otras de esa popular canción que dice: 

Cuando vayas a Madrid chulona mía 
voy a hacerte emperatriz de Lavapies 
y alfombrarte con claveles la gran vía 
y bañarte con vinillos de jerez


razón por la que probablemente se convirtió en "vecino adoptivo" de nuestro barrio.

Hace muchos años, cuando me mudé a Lavapiés, la estatua estaba en otra parte de la plaza, y cuando hicieron obras de remodelación, desapareció durante unos interminables meses. Los vecinos pronto empezaron echarle de menos, y como tardaba en volver a ocupar su lugar, comenzaron a aparecer en los balcones de la plaza grandes pancartas pidiendo su regreso: "¿Dónde está Agustín Lara?" "¡Queremos que Agustín Lara vuelva a nuestra plaza!" Hasta que volvió.

Desde entonces ahí ha estado, pasando estoicamente las estaciones, con lo que parece ser un cigarro invisible entre los dedos -o haciendo un corte de manga, dicen las malas lenguas.

No es infrecuente verle "decorado" con un libro en la mano, con un sombrero, 


Una chaqueta a medio poner...


un abrigo...


Yo siempre he visto estas "decoraciones" más como una muestra de cariño, como una forma de integrarle en la vida del barrio, que como un acto de "gamberrismo" más o menos inocente; como la estatua de Valle Inclán del Paseo de Recoletos a la que cada 27 de marzo, Día Mundial del teatro, homenajean poniéndole una bufanda blanca.

Últimamente nuestro Agustín se ha hecho activista, y en fechas señaladas amanece portando carteles en los que anima a la revolución (o re-volución) 


o llevando la camiseta de la "marea verde" en defensa de una escuela pública para tod@s...


La última imagen es de hace apenas unos días; esta vez con una discreta flecha en su pedestal nos indica el camino a seguir en estos tiempos de crisis, corrupción política y represión que nos toca vivir.



Así que Agustín, querido vecino, te haremos caso;

¡Eso, eso, eso, 
Nos vamos al congreso!

sábado, 22 de septiembre de 2012

Fusca y Ágata

Cuando ya se me habían acabado las ideas de diseños para mi jardín zen, me llegó ayuda externa; ¿adivináis?


Esta es Ágata. Se llama así por el color verde de sus ojitos. Y porque es una gata. Cuando me la dejaron en acogida se llamaba Manchitas, como su propio cuerpo indica, pero... como que no tenía mucha gracia el nombre, así que se lo cambié. No es que el que yo le he puesto sea la repera, pero era fácil superar "Manchitas".

¿Qué?
Ahí de fondo en la segunda foto podéis ver otra gatuna; esta se llamaba Negrita. En fin. Yo la he rebautizado como "Fusca". "Fusco" significa oscuro tirando a negro, lo cual es lo mismo pero mejor, dónde va a parar. Estoy contenta con su nombre.

Ágata y Fusca son hermanitas, y tienen un mes. Las pobriñas han sido rescatadas de la calle, y llegaron a mí un poco flacuchas, pero en apenas una semana que llevan conmigo eso ha cambiado radicalmente y han echado una pancita que pa' qué -y es que más que comer, aspiran la comida, las tías. El jamón York las vuelve locas; pero vamos, que cuando termino de dárselo no me dejan en paz y me persiguen por toda la casa maullando angustiadas, clamando más; por eso ahora me lo pienso dos veces antes de darles su manjar favorito.

Tan inocentes que parecen...
La comida suya habitual es pienso seco, que lo comen con bastante menos fruición. Bueno.. uno de los primeros días me encontré a Fusca con la cabeza hundida en el plato de pienso -y cuando digo "hundida", eso es justamente lo que quiero decir- totalmente inmóvil, durante un buen rato. Pensé que se había quedado dormida después del banquete, en plan romano, pero luego oí un tenue "chup, chup, chup" y me di cuenta de que la pobre estaba succionando! ¡Jo... qué penuca más grande! Ágata hace algo parecido; se mete una bolita de pienso en la boca y la succiona también, como si fuera un chupete -¡pobrecitas mías; echan de menos a su mami gatuna! Por eso cuando estoy en el sofá se tumban sobre mi tripa o mi pecho y me buscan los pezones, y como no los encuentran (a ver; lo que ellas entienden por "pezones") eligen un sitio al azar de la camiseta y empiezan su "chup, chup, chup", sin parecer importarles que de ahí no mane nada.

Fusca y su barrigoncio.
Al principio estaba un poco preocupada por cómo se pudieran llevar con Flecha; los últimos gatitos que tuve en acogida la martirizaban un poco, persiguiéndola e intentando darla caza, así que Flecha no salía de su habitación casi nunca. Estas sin embargo, como son tan canijillas no se atreven con un bicho más grande que ellas, y Flecha se ha embravuconado y hasta se come su pienso y se bebe su agua tan pancha, sin importarle si las gatitas están por ahí o no -y ellas parecen asumirlo.


En el tiempo que llevan conmigo su nivel de actividad se ha incrementado al ritmo del perímetro de su "cintura", y he tenido que quitar los potos de su alcance porque no hacía más que encontrarme hojas amputadas por todo el salón. Además empiezan a jugar juntas, cosa que antes no hacían; he aquí un vídeo de las dos jugando con sus ratoncitos, y Ágata poniéndose un poco posesiva con el suyo, ¡Con lo bonito que es compartir, Ágata! 


(Aún no he reemplazado mi defenestrada cámara -DEP- de ahí la escasa calidad del vídeo, hecho con el móvil. Las fotos, otro tanto.)

En fin, que estamos las cuatro tan felices y contentas compartiendo hogar en paz y armonía -ya os iré contando cómo evoluciona la cosa.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Jardín zen


Os presento mi nuevo jardín zen, elaborado cien por cien con materiales reciclados -o sea, que no me he gastado un duro en hacérmelo. Bueno, miento; el tinte color wengé tuve que comprarlo, pero lo necesitaba para otra cosa -y solo me costó 2.50 €.

¿Qué cómo lo hice? Comencemos por el tablero; una especie de contrachapado grueso, de 1'50 cm de espesor que me encontré en la calle hace tiempo. Tenía tan buena pinta que me dije "este me lo llevo, que para algo me servirá." Y no me equivocaba.


Tenía también los listones que utilicé para formar el cajón -me debieron de sobrar de alguna manualidad. Los corté del tamaño adecuado, y los pegué al tablero con cola blanca.


La cola blanca siempre la tengo en casa -y otros dos o tres tipos de pegamento; nunca faltan.


El rastrillo lo hice con un trocito del mismo listón, un palito de pincho moruno y palillos de dientes.


Después lo teñí todo y cuando se hubo secado (o quizás hasta un poquito antes, siendo como soy tan impaciente) lo llené de arena que traje de mis vacaciones en Conil este verano. 

Luego cogí unas cuantas piedras de las que andan por casa (no sé si serían de las que Cari o Pili me traen de  regalito de sus viajes o de las que cojo yo del campo o la playa) y las puse sobre la arena. Para darle un toque "vegetal" le puse también un retazo de césped artificial que me encontré en la calle y añadí un detalle oriental con un buda que me regaló Heather hace cinco o seis años. Para finalizar, un toque cálido con una velita... ¡y a rastrillar se ha dicho!

La primera noche sobre todo estuve un buen rato peinando la arena; probablemente era nostalgia de la playa, porque estaba recién regresada. Es muy agradable y muy relajante deslizar el rastrillo muy suavemente, intentar conseguir hacerlo de un solo trazo, inventar nuevos diseños.... Lo bueno es que cuando me canse de tenerlo decorándome la mesa del salón, lo "desmonto" y aquí no ha pasado nada. 

Estos son algunos resultados de mi primera sesión de jardinería zen. No es que me sienta orgullosa de ellos; es simplemente una muestra de lo  mucho o poco que puede dar de sí el asunto. (siento la mala calidad de las fotos, pero me he quedado sin cámara -se me cayó en la arena, grrrr...- y están hechas con el móvil.)




No soy la única que disfruta mi jardín zen; hay unas nuevas inquilinas en casa que también parecen encontrarlo muy agradable... en el siguiente post os cuento ;)

martes, 18 de septiembre de 2012

No hope, ¡bieeen!

hope: esperanza.

Acabo de toparme con esta foto en una de mis carpetas. Es una pancarta que hizo JC  para una manifa de funcionarios cabreados a la que fue en julio; a la vuelta pasó por casa y a mi se me ocurrió poner la pancarta en "el baño" de Flecha con la esperanza (juego de palabras inintencionado) de que le cagara a la Espe en toda la cara. Fue en la frente, pero suficientemente satisfactorio.



 ¿Quién me iba a decir a mi que apenas un par de meses más tarde esta malísima pécora, hija de satanás acabaría dimitiendo y yéndose por su propio pie de la Comunidad de Madrid? ¿Qué tramará esta grandísima zorra? Miedito me da. Hubo quienes pensaron que tal vez su cáncer había retornado, pero yo no me creo nada; mala hierba nunca muere -y ella ha demostrado ser mala, mala, y sorprendentemente reticente a exhalar su último hálito, la cabrona. 

 De momento hoy ya  ha conseguido un nuevo curro de funcionaria en Turespaña -se me acaban los insultos.  

En fin, que tengo otros cuantos posts rondándome la cabeza; iré tirando del hilo a ver qué sale -no quiero dejar a esta arpía por Cotidianas mucho tiempo.

lunes, 3 de septiembre de 2012

Me pones en Umbrete

Seguro que a vosotros os ha sucedido en alguna ocasión, como a mí, daros cuenta de que una expresión no es como habíais asumido que era durante muchos años. Yo por ejemplo me sentí muy  ignorante cuando ya "de mayor" vi escrita la expresión "dar abasto". Me chocó tanto que hasta lo busqué en el diccionario para descartar que fuera un error, porque yo siempre había creído que era "dar a basto".

O cuando me enteré de que se decía "cajón de sastre" y no "cajón desastre" como siempre había pensado. Pero bueno, supongo que estas confusiones son normales; a fin de cuentas son expresiones "arbitrarias" que lo mismo podrían ser de una forma que de otra, y hasta no verlas escritas puedes no percatarte de tu error.

Hace ya muuuchos años, en una conversación con Quique, uno de los dos utilizó la expresión "poner en un brete", y de repente nos preguntamos: ¿qué narices será un brete? Es más; ¿podría ser que la expresión fuera en realidad "poner en umbrete"? Improbable pero posible, ¿por qué no?

Como eran tiempos pre-google, fuimos a la estantería, cogimos el DRAE y buscamos "brete"; esto fue lo que encontramos:
brete

1. m. Aprieto sin efugio o evasiva. Estar en un brete. Poner en un brete.
2. m. Cepo o prisión estrecha de hierro que se ponía a los reos en los pies para que no pudieran huir.

(Más tarde averigüé que la palabra "brete" se utilizaba también para designar cualquier aparato de tortura en el que se introducía algún miembro del reo para impedirle huir, someterle a vergüenza pública o darle tormento.)


Desvelado el elocuente y siniestro origen de la expresión "poner en un brete", y para dar una pequeña vuelta de tuerca, Quique y yo pensamos: "Ya pero, ¿no será algo umbrete?" Lo buscamos el diccionario con resultado negativo. Pero lejos de rendirme, al llegar a casa cogí un atlas y busque: "umbrete" ¡¡Y existía!! ¡en nuestra propia patria; en Sevilla! Obviamente no tardé en contárselo a Quique, y desde entonces cuando decimos u oímos la expresión "Me pones en un brete" añadimos por lo bajinis la coletilla "provincia de Sevilla."

Ni os podéis imaginar el gozo infantil que sentimos cuando años más tarde, camino de Portugal, vimos en la autopista el cartel de Umbrete: "¡¡Quiqueeee, estoy en Umbrete, provincia de Sevilla!! Una de esas tontunas que hacen ilu.

Para los incrédulos, esta es la foto del cartel de Umbrete que hizo JC este año -conocedor de la historia- jugándose la vida mientras conducía.


Casualmente yo también "estuve en Umbrete" este agosto e hice mi foto, que no salió tan bien pero que incluyo porque me encantó el nombre del otro pueblo; Bollullos de la mitación -ahí es :


¡Pues hala; ya habéis aprendido algo hoy! ¡A seguir con vuestros quehaceres cotidianos!

sábado, 1 de septiembre de 2012

Soy sauce


-Soy Sauce.
-Hola Sauce, yo soy Laura. Qué raro que te hayan puesto ese nombre, ¿no?
-Es que soy muy llorón.
 O en plan one-liner:
-Soy sauce -mintió la salsa de soja.
O si me da el día poético:
...Porque yo soy sauce que besa el río que recoge sus lágrimas...

 Y hoy ya, viñeta y todo:


Desde el día en que casualmente reparé en el segundo significado de "soy sauce" cada vez que abro el armario y veo la salsa de soja ahí, ya siempre lo leo "en español", y me vienen estas chorradas a la cabeza -al final acabaré dando la vuelta a la botellita para detener el flujo de paridas...

Por cierto; si naciste del 1 al 10 de marzo o del 3 al 12 de septiembre, estás de enhorabuena, porque según el horóscopo celta... ¡¡eres sauce!! ya puedes gritarlo a los cuatro vientos sin mentir: ¡Soy sauce! (Si quieres te diseño la camiseta por un módico precio). Pero, oh... no todo podía ser bueno para ti, porque los nacidos en este signo sois los menos alegres del horóscopo celta; soñadores e intuitivos ...pero con aire melancólico y tendentes a la tristeza. Lo que viene siendo llorones, vaya.