Me siento ante mi portátil, la última luz del día entrando por la ventana, con el propósito de escribir el último post de 2010. En estos días he estado leyendo posts de colegas blogueros en los que hacen balance del año que hoy acaba, cuentan sus aspiraciones para el que empieza en apenas unas horas, o simplemente nos desean feliz año nuevo. Y he pensado que mejor que acabar el año con “Un par de coj*nes”, el post anterior, mejor hacerlo con uno algo un pelín más temático, ¿no?
Había pensado currármelo y hacer un análisis de lo que 2010 ha supuesto para mí o lo que espero del que viene, pero como dije hace un par de días no estoy muy intelectual últimamente, y para escribir eso hay que pensar, y no estoy yo para tonterías. Así que, como suelo hacer cuando no tengo muchas ganas de escribir -seguro que ya os habéis dado cuenta- voy a empezar con algunas imágenes "cotidianas" de mi paseo de hoy por el centro de Madrid, en mi último día de 2010, y a ver adónde nos llevan.
Bueno, empecemos con esta imagen. Me ha llamado mucho la atención, porque... ¡¿qué demonios hace en el centro de Madrid un coche de la policía de Villaconejos?! En fin...
Luego he llegado a La plaza Mayor, donde yacía una especie de oruga multicolor, que es en realidad una "cabra" donde se mete un tipo y hace el chorra cuando pasa la gente. Pero el tipo estaría echando una cañita o algo, y un grupo de niños miraba con curiosidad, supongo que esperando en vano que la cabra hiciera su chou. O quizás reflexionaban apenados sobre la fugacidad de la vida, no sé...
Después ha pasado una niña de dorados cabellos que, a juzgar por su cara, bien no se creía que el bicho estuviera muerto, bien se alegraba de que por fin la hubiera diñado el cabrón.
Luego he visto al Louis Amstrong de la Plaza Mayor, que cuando empezaba a coger frío se enfundaba su traje de Winnie de Poo. Digo.
Y luego me he acercado al tiovivo que han puesto para las navidades. Por alguna razón me gustan estos tiovivos de estilo clásico -y al niño de la foto parece que también.
Aunque el cielo ha estado encapotado la mayor parte del tiempo, en el camino de vuelta se ha abierto un poco y parecía que iba a salir el sol. Mirando las nubes he visto esas zapatillas colgando y por alguna razón extraña me han producido una sensación... de libertad. Yo que sé, a veces me pasan cosas un poco místicas.
Y para concluir, bajando mi calle me he topado con una perla del filósofo que anda suelto por las calles de mi barrio -ya le conozco la letra:
Ya de vuelta en casa he pensado; ¿Cómo se le habrá ocurrido a este tipo esta frase tan extraña? Y así es como he aprendido mi última palabra de 2010, que quizás también sea la vuestra:
Brontofobia: Miedo a tormentas, rayos y truenos (y centellas)
¡¡¡FELIZ AÑO A TODOS!!
PD: ya tengo cámara nueva